Harris, Roy
Signos de escritura
Gedisa,1999. 272 p. 978-84-7432-675-8, Cód. 333413, 15.5 x 22.5 cm. $615

Colección: L.E.A. (Lectura, Escritura, Alfabetización).

Las perspectivas innovadores de la teoría de la escritura de Roy Harris se distancian de la lingüística ortodoxa del siglo XX para situar la escritura en el campo de su lógica propia: el de la semiología

La suposición tradicional de que la escritura es una mera substitución visual del lenguaje ha dejado en la sombra una serie de cuestiones básicas sobre la escritura, que Roy Harris reexamina en esta obra.

La escritura en tanto comunicación humana no es un proceso de transferencia de pensamientos o mensajes de una mente a otra, sino la integración contextualizada de las actividades humanas a través de signos.

El autor distingue tres factores principales en esta forma de comunicación: los biomecánicos, los macrosociales y los circunstanciales, relacionados respectivamente con las capacidades fisiológicas y psicológicas, con las prácticas culturales y los marcos institucionales y con el contexto comunicacional y las actividades reales implicadas en éste.

Al abordar la escritura como un modo de comunicación independiente, basado en el uso de relaciones espaciales para conectar eventos separados en el tiempo, el autor muestra en qué medida la escritura musical, la matemática y otras formas obedecen a los mismos principios que la escritura verbal. Estos principios, según la argumentación de Roy Harris, se pueden aplicar a textos de cualquier tipo, desde sonetos, partituras de sinfonías, la firma en un cheque o los anuncios de ofertas en un supermercado. Además, estos principios son válidos a lo largo de la historia de la escritura, desde la jeroglífica hasta la de los hipertextos.

Las perspectivas innovadoras de los análisis de esta obra permiten apreciar la escritura en sus múltiples estrategias específicas que muestran la versatilidad del ser humano para crear signos, que no son subsidiarios de la psicología empírica, como sostuvieron Saussure y Peirce, sino tienen su propia lógica, que constituye el campo de la semiología.




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